Con este mezcladito de imágenes me despido de la ciudad de Salto.
Esculturas ferroviarias en el acceso a la remesa.
Horno para secar arena para las locomotoras.
Un bogie olvidado.
Chata construida especialmente para transportar los transformadores de la represa de Salto Grande.
Chatarra.
Más chatarra.
El ténder de alguna vaporera.
La ciudad de Salto tiene una comisión de preservación de edificios históricos y hace bastante bien su trabajo. En este viejo edificio de finales del siglo XIX, conocido como Hotel Concordia estuvo hospedado el gran Carlos Gardel y al habitación que ocupó se conserva como museo.
Y digan lo que digan los uruguayos, Gardel es argentino.(para la polémica)
Patio del hotel.
Zona portuaria. Aquí operan las lanchas a y de Concordia.
Bien, despues de despedirme de mi anfitrión, Jorge Luis Manzini, abordé la lancha y crucé nuevamente el rio Uruguay finalizando de esta manera la visita a la ciudad de Salto.
Agradezco nuevamente al jefe de la remesa, que me permitió tomar fotos y circular sin ningun tipo de restricción por el interior del taller. A la familia Manzini que me recibieron en su casa y a Jorge Luis que me llevó a recorrer la ciudad.
Esculturas ferroviarias en el acceso a la remesa.
Horno para secar arena para las locomotoras.
Un bogie olvidado.
Chata construida especialmente para transportar los transformadores de la represa de Salto Grande.
Chatarra.
Más chatarra.
El ténder de alguna vaporera.
La ciudad de Salto tiene una comisión de preservación de edificios históricos y hace bastante bien su trabajo. En este viejo edificio de finales del siglo XIX, conocido como Hotel Concordia estuvo hospedado el gran Carlos Gardel y al habitación que ocupó se conserva como museo.
Y digan lo que digan los uruguayos, Gardel es argentino.(para la polémica)
Patio del hotel.
Zona portuaria. Aquí operan las lanchas a y de Concordia.
Bien, despues de despedirme de mi anfitrión, Jorge Luis Manzini, abordé la lancha y crucé nuevamente el rio Uruguay finalizando de esta manera la visita a la ciudad de Salto.
Agradezco nuevamente al jefe de la remesa, que me permitió tomar fotos y circular sin ningun tipo de restricción por el interior del taller. A la familia Manzini que me recibieron en su casa y a Jorge Luis que me llevó a recorrer la ciudad.
1 comentario:
¡Felictaciones, Jorge! La gente de El Desvío te felcita. Seguí creciendo con el blog...
Publicar un comentario