En 1928, el estado intenta reimplementar la técnica de los coches motores y adquiere según se estima por un valor de $19.775 dólares, un coche motor americano equipado con un motor a Nafta. El coche fue comprado a la firma J.G.Brill, con sede en la ciudad de Filadelfia, y se trataba de un coche modelo Brill 55, Número de Orden 22717, con capacidad para 36 pasajeros sentados coche que presentó unas excelentes condiciones de trabajo. A esto había que sumarle una larga lista de ventajas que brindaba la unidad, tanto a nivel económico, como por su agilidad, rapidez y puesta en servicio de forma instantánea.
La nueva experiencia con estos coches los cuales fueron numerados Nº101y Nº102 fue excelente, y luego de probar estas 3 unidades durante 2 años, en 1930 se adquirirían otros dos coches motores Brill 55, Numero de Orden 22827, exactamente iguales al adquirido en 1928, el cual fue numerado como Nº103. Estas dos nuevas adquisiciones serían numeradas como Nº104 y Nº105.
Las ventajas de la utilización de coches motores sustituyendo los trenes de pasajeros convencionales, eran tal que en 1931 se adquirirían 5 nuevos coches Brill 55, pero estos últimos tenían diferencias en las ventanas, en el techo y la carrocería, además de la distribución interna que había sido modificada respecto a la versión de 1928 y 1930, totalizando la flota de 8 coches Brill 55
A más de 80 años de haber sido construido, este viejo y noble motor car como se les conocía popularmente, el cual nadie hubiera creído que volvería a correr algún día, de a poco se va despertando de un largo sueño que parecía eterno, para volver a la vida como el único coche motor Brill 55 de Uruguay, y probablemente de Latinoamérica.
Fabián Iglesias – Archivo del Transporte Uruguayo
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